El caballero, subido al techo de su coche, vaga dÃa y noche por el lago en busca de su prisionero. 48 horas después, sacará la jaula del agua y la colgará en la plaza antes de la pelea. En los cafés de las plazas, todo el mundo habla del "monstre del lago" y de la "machina" del caballero. Sin embargo, el espectáculo no tiene horario; la noticia se ha difundido por sà sola: cada foto recorre la ciudad. A las seis de la mañana, los músicos del Waterclash (los trituradores de materia), pasean una manada de neveros por el lago. Las "neveras" flotan. Los pescadores observan el extraño y largo convoy en silencio. Unas horas más tarde, la gente se acerca a mirar, comentar y preguntarse: la historia comienza.
El lago de Bracciano
Con El lago de Bracciano la compañÃa inventa una nueva forma teatral: el espectáculo de tres dÃas contado a toda una ciudad. Cada vez, se imaginan escenarios especÃficos para los lugares de creación. Esta forma alcanza su máxima expresión con los espectáculos de la saga de los Gigantes.
Más tarde, llega el caballero, de pie sobre un capó tirado por un coche. Marca su territorio; conduce los treinta kilómetros que rodean el lago, pasando por los pueblos. Por la tarde el coche está en el lago; flota y el caballero pasea una extraña sonda por la superficie del agua. Por la noche echa el ancla y se encierra en el coche. Poco a poco la tensión aumenta, las imágenes se suceden hasta la pelea. La historia está contada. La semifinal de Waterclash es un espectáculo fÃsico. Su enfoque sólo puede ser una desproporción. Los caballeros deben convertirse necesariamente en personajes a medio camino entre el actor y el mito. En la fiesta de Santarchangelo (Romaña), el caballero pasa tres dÃas y tres noches encerrado en su jaula a ocho metros del suelo, en una plaza pública. La realidad fÃsica genera la leyenda necesaria. Al anochecer, la gente da el rodeo antes de acostarse; se ven familias, niños, todo tipo de personas; cinco o diez minutos de silencio bajo la jaula, las cabezas inclinadas hacia el cielo. La historia se abre paso. Aparecen otras acciones, otros signos; cada uno de ellos teje la trama de la lucha.
Ningún testimonio